miércoles, 25 de enero de 2017
martes, 24 de enero de 2017
Qué ocurre cuando hay una emergencia médica en un avión
fuente INFOBAE.COM
Cómo se preparan las aerolíneas para tratar o incluso salvar a pasajeros que sufren un accidente o se enferman durante un vuelo. Los incentivos que algunas ofrecen a los médicos para que ayuden en situaciones de urgencia
Cómo se preparan las aerolíneas para tratar o incluso salvar a pasajeros que sufren un accidente o se enferman durante un vuelo. Los incentivos que algunas ofrecen a los médicos para que ayuden en situaciones de urgencia
La trágica muerte de Carrie Fisher -la actriz que interpretó a la icónica princesa Leia de Star Wars-, que sufrió un ataque cardíaco a bordo un avión de United Airlines flight de Londres a Los Ángeles, recordó nuevamente al mundo y a los viajeros sobre el peligro de sufrir una emergencia médica durante un vuelo. Afortunadamente, las aerolíneas están trabajando cada vez más para hacer que viajar en un avión sea cada día más seguro.
Es que es una de las dudas más comunes de los pasajeros, especialmente durante un viaje largo: ¿qué ocurre cuando hay una emergencia médica durante un vuelo? ¿Qué pasa si no hay médicos o personal capacitado a bordo? Las aerolíneas aseguran que no hay que preocuparse y que están capacitadas para afrontar cualquier situación. ¿Es así realmente?
Luego del fallecimiento de Fisher, United Airlines explicó que, como todas las empresas aéreas, sus tripulantes de cabina cuentan con entrenamiento en primeros auxilios y pueden afrontar casi cualquier emergencia médica. Además, es obligatorio que en los aviones haya equipamiento como tanques de oxígeno y desfibriladores, aunque no son para uso de la tripulación, sino de un médico que se encuentre en ese vuelo.
En el año 2016, más de 3,5 mil millones de pasajeros viajaron en avión, una increíble cifra que está en aumento. Es por eso que hay una creciente necesidad de profesionales médicos en el aire, para asistir en emergencias. Para ejemplificar, sólo Lufthansa trata un promedio de 3 mil urgencias médicas por año, desde problemas estomacales hasta episodios que ponen en peligro la vida como ataques cardíacos. Cerca de 50 de estas situaciones son tan graves que implican que el avión deba desviarse al aeropuerto más cercano.
Para evitar preguntar "¿Hay un médico a bordo?" a los gritos durante un vuelo, que a más de uno le genera nervios y ansiedad, algunas aerolíneas están tomando medidas. Lufthansa hace unos años comenzó a implementar el programa de "Doctores a bordo", que alienta e incentiva a que los médicos anoten su nombre en una lista de profesionales que están dispuestos a ser llamados en caso de emergencias, para que las azafatas puedan saber en qué asiento están y evitar generar alarma en el resto de los pasajeros.
lunes, 23 de enero de 2017
Un cazador arrepentido creó una reserva natural en el valle de Calamuchita
Antes se llamaba Edén; ahora Pumakawa, y la hija del fundador se dedica a cuidar animales, salvar especies en riesgo de extinción y reforestar un bosque autóctono
rdoba. Hasta hace unos años esta reserva natural en el valle de Calamuchita se llamó "El Edén"; hoy es "Pumakawa". El cambio de nombre refleja una transformación. "Ya no es lo dado, el paraíso creado, sino el ambiente que hay que 'cuidar con sigilo, como al puma'", aclara Karina Maschio su responsable.
También ella tuvo una conversión personal; su nombre desde hace un tiempo es "Kai Pacha", vocablo quechua. Logró el reconocimiento judicial para que le sea reconocido como un apodo que la identifica, aunque no figure en su documento de identidad. "Kai Pacha" se vincula a la cosmovisión incaica que reconoce tres planos. El mundo de arriba, "Hanan Pacha"; el de aquí, "Kai Pacha", y el inferior, "Uku Pacha".
Están representados por el cóndor, el puma y la serpiente, respectivamente. Para Karina es el símbolo de su dedicación: velar por el monte, por sus animales y flora. De chica en el gran patio de su casa de Río Tercero había pájaros y varios tipos de animales; tal era la variedad que iban alumnos de escuelas de visita. Su abuelo tenía un puma. "Era la vieja usanza, cuando había abundancia de todo -dice "Kai Pacha a LA NACION-. Fuimos cambiando, aprendiendo. Ahora decimos no al mascotismo".
"El Edén" fue creado por el papá de Karina -un cazador decidido a cambiar- con el objetivo de cuidar los animales y ofrecer visitas turísticas. Ella estudiaba Trabajo Social y trabajaba como mimo; lo que ganaba lo aportaba para comprar comida y mantener el lugar. En 1995 se sumó para dedicarse de lleno al proyecto.
"Rotamos el eje hacia lo educativo", explica. En 2009 un feroz incendio en Calamuchita arrasó con el 90% de las 95 hectáreas de la reserva. "Fue un punto de quiebre; nos achicamos y tuvimos que empezar de nuevo. Cambiamos el nombre, convencidos de que teníamos la responsabilidad de rehacer, de cambiar hábitos".
En la reserva hay más de 60 animales entre los que se cuentan pumas, águilas moras, hurones, gatos montés, pecaríes, coipos, guanacos, llamas, caballos y tortugas y más de 30 variedades de aves. También una amplia muestra de árboles, arbustos y enredaderas de la región.
A los 48 años, Karina dedica todas sus horas a "Pumakawa", donde hay otras cinco personas -todas voluntarias- trabajando. Todo el espacio recrea el hábitat natural, incluso la docena de pumas están en un recinto tan amplio que incluye un bosque adentro.
fuente: www.lanacion.com.ar
rdoba. Hasta hace unos años esta reserva natural en el valle de Calamuchita se llamó "El Edén"; hoy es "Pumakawa". El cambio de nombre refleja una transformación. "Ya no es lo dado, el paraíso creado, sino el ambiente que hay que 'cuidar con sigilo, como al puma'", aclara Karina Maschio su responsable.
También ella tuvo una conversión personal; su nombre desde hace un tiempo es "Kai Pacha", vocablo quechua. Logró el reconocimiento judicial para que le sea reconocido como un apodo que la identifica, aunque no figure en su documento de identidad. "Kai Pacha" se vincula a la cosmovisión incaica que reconoce tres planos. El mundo de arriba, "Hanan Pacha"; el de aquí, "Kai Pacha", y el inferior, "Uku Pacha".
Están representados por el cóndor, el puma y la serpiente, respectivamente. Para Karina es el símbolo de su dedicación: velar por el monte, por sus animales y flora. De chica en el gran patio de su casa de Río Tercero había pájaros y varios tipos de animales; tal era la variedad que iban alumnos de escuelas de visita. Su abuelo tenía un puma. "Era la vieja usanza, cuando había abundancia de todo -dice "Kai Pacha a LA NACION-. Fuimos cambiando, aprendiendo. Ahora decimos no al mascotismo".
"El Edén" fue creado por el papá de Karina -un cazador decidido a cambiar- con el objetivo de cuidar los animales y ofrecer visitas turísticas. Ella estudiaba Trabajo Social y trabajaba como mimo; lo que ganaba lo aportaba para comprar comida y mantener el lugar. En 1995 se sumó para dedicarse de lleno al proyecto.
"Rotamos el eje hacia lo educativo", explica. En 2009 un feroz incendio en Calamuchita arrasó con el 90% de las 95 hectáreas de la reserva. "Fue un punto de quiebre; nos achicamos y tuvimos que empezar de nuevo. Cambiamos el nombre, convencidos de que teníamos la responsabilidad de rehacer, de cambiar hábitos".
En la reserva hay más de 60 animales entre los que se cuentan pumas, águilas moras, hurones, gatos montés, pecaríes, coipos, guanacos, llamas, caballos y tortugas y más de 30 variedades de aves. También una amplia muestra de árboles, arbustos y enredaderas de la región.
A los 48 años, Karina dedica todas sus horas a "Pumakawa", donde hay otras cinco personas -todas voluntarias- trabajando. Todo el espacio recrea el hábitat natural, incluso la docena de pumas están en un recinto tan amplio que incluye un bosque adentro.
fuente: www.lanacion.com.ar
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